domingo, 29 de junio de 2014

¿Se "cruzazuleó" el Tri? Notas mentales moroquenses (1era parte)

Pues si... Cuando apenas uno se viene a dar cuenta, ya pasaron cuatro años de aquella despedida de Sudáfrica 2010. No sé a qué hora pasó el tiempo así de rápido, pero hoy, una vez más vi a la Selección en la instancia de octavos de final de Brasil 2014.

Hace cuatro años, recuerdo que vi el partido en compañía de la "Wera chingona" y de otros amigos. Fue triste ese encuentro. Un fuera de lugar que no se marcó, una distracción de Ricardo Osorio y un golazo del "Apache" destrozaron no sólo mi corazón, sino el de muchos. Ese domingo soleado se volvió nublado en 90 minutos que ni el gol del orgullo que anotó "Chicharito" logró amainar el sentimiento. 

Pero la vida continúa y esto es fútbol, así que a pensar en el siguiente Mundial. Acá en México, seguía y seguirá el formato de los torneos cortos. Cuando por fin, los "manda más" del fútbol mexicano lograron ponerse de acuerdo en quién sería el encargado de llevar a nuestro país una vez a una justa mundialista, nunca nos imaginamos la agonía que viviríamos. Había un chingo de expectativas sobre el "Chepo" porque "había hecho campeones a Chivas y Toluca", porque "sabía del fútbol mexicano", porque lo que quieran, gusten y manden. Lejos también estábamos de imaginar que De la Torre fuera tan soberbio en el proceso y que no tuviera dos gramos de humildad para decir "me voy". Y aunque en el inter, se ganó una medalla de oro olímpica con la Sub 23, había cosas que no terminaban de cuajar ni mucho menos, de convencer. 

Poco a poco, se fue desvaneciendo mi pasión por mi Selección por las necedades, por los intereses que nada tenía que ver con el fútbol (que aunque soy más beisbolera, mi gusta también el soccer), por la falta de liderazgo... En fin, por un chorro de factores. Me sentí humillada cuando en los pies de USA estuvo el boleto para un repechaje que ni siquiera debió existir, pero ya estábamos en el barco y ahora a jugar con Nueva Zelanda. Se obtuvo el pase a Brasil, pero aún así, seguía sin creer que se podía rescatar algo de cara al Mundial. Mujer de poca fe como siempre he sido.

Comenzó el torneo de Clausura 2014 y seguía sin ver qué jugadores se llegaran a complementar para hacer un representativo digno de un Mundial. Vinieron los amistosos y en mayo la lista definitiva que iría a Brasil. "Madre santa" fue mi primera expresión al conocer la convocatoria, pero bueno, por ahí dicen que hay que dar el beneficio de la duda, a pesar de mi poca fe. 

Hoy, hace un mes fue el primer partido de preparación de México y luego el segundo y así. En estos partidos, seguía sin convencerme el planteamiento del "Piojo". 

Llegó el jueves 12 de junio y pues para nadie es secreto que mis favoritos este año son Brasil, Alemania y, por supuesto, mi país. Como anfitrión, la "Verdeamarelha" abrió la fiesta y pues, de todos es sabido el pésimo arbitraje del japonés, lo que me empezaba a generar un poco de ansiedad al recordar al árbitro italiano que cuatro años atrás no marcó el fuera de lugar de Carlos Tevez y que al tiempo, fue el punto de partida para la debacle de México en Sudáfrica.
Al día siguiente, cuando empecé a leer los comentarios de la gente en Twitter que decía que estaba lloviendo en Natal, lo primero que me pasó por la mente fue el reciente partido que había jugado el Cruz Azul en Liguilla y el de la Final contra el América, donde Tláloc no tuvo piedad. Dije "No, por favor. Que pare la lluvia, no es buena para el juego". Y sí, no es buena porque se corren muchos riesgos, pero al final, todo el maldito partido llovió. Resta criticar el arbitraje del que volvimos a ser víctimas con esos dos goles anulados. El resultado fue una victoria, pero más allá de eso, me quedé con lo que ese día vi; un equipo completamente diferente al que venía viendo, más personalidad, mejor juego. 

Todavía con mis dudas, venía el partido clave. Lo que yo había visto en la inauguración de Brasil tampoco me convenció. Sabía que gran parte de la "Verdeamarelha" era la que habíamos vencido en Londres dos años atrás, pero que en Confederaciones no logramos hacerle daño, entonces veía un 50-50. Transcurrió el partido y debo confesar que conforme fue pasando el partido, se desvanecieron mis dudas. Al terminar, hubo una amiga puso que por qué celebrábamos como si se hubiera ganado. Finalmente, así como es respetable la forma de pensar de ella como de quienes decidieron celebrar. Creo que más allá de que si se empató, fue el partido que exhibió las grandes carencias que tiene el país anfitrión, el decirle al mundo "Ey, Brasil, el favorito, no está para ser el hexacampeón" y lo más valioso es que fue México el que lo hizo y de paso, dejó de manifiesto que si hay algo que perdió frente a esta potencia futbolística es el miedo. Y si se logró con ellos, también se haría contra otros que son considerados fuertes. 

Venía el último partido contra Croacia, el cual fue calentado desde los micrófonos por los mismos croatas. Epic fails!!!! Un partido donde nadie soltaba nada, y hasta el 71' fue cuando vino esa explosión. Qué nos temblaban las piernas, que si tenían una receta para ganarle a México, que si "con todo respeto" habían vencido a mejores porteros que Ochoa. Tres goles sirvieron para callar a los, perdón por la expresión, hocicones croatas. 

Y otra vez a Octavos... Y para colmo, otra vez en domingo. Pues ya qué!!!! Desde la comodidad de mi recámara, estuve viendo el partido. 

Holanda es un país que admiro mucho, no solo en el tema del fútbol. Una nación donde no hay temor de poner en la mesa a discusión temas que en sectores conservadores sería inimaginable platicar en un café. En definitiva, un país avanzado, incluso de otros de Primer Mundo. En el tema de fútbol, no soy afecta a la Eredivisie, pero eso no quita que no reconozca a sus grandes jugadores de toda la vida. Holanda también tiene sus fantasmas y es que, a pesar de su gran fútbol, no ha podido legitimarse como verdadera potencia de fútbol, algo así como el "ya merito" europeo.

Corrió el partido, muy buen trabajo observé. 80 minutos aguantaron. No sé si cambió la actitud. Desde mi punto de vista, no era tanto el cuidar el gol anotado, sino enterrar la daga como con Croacia. México se tocó el corazón, no quiso hacerlo y esto le dio un soplo de vida al enemigo que aprovechó la circunstancias que se dieron en los últimos minutos. El cambio por Aquino no funcionó y el resultado fue un gol a 3 minutos de terminar el partido, pero como decía "tramiten el tiempo extra si así tiene que ser, pues". Que si Robben se "aventó el clavado" como si fuera centro acuático está de más discutirlo y que si el arbitraje de este mundial no ha sido malo, sino pésimo, también. Me enoja que Rafa Márquez, teniendo la experiencia, no haya olido la intención del holandés cuando ya había dado muestras en el partido de que quería que se marcara algo. 

En fin, en 3 minutos, de nuevo llegó al fantasma de cada cuatro años, pero a diferencia de los anteriores mundiales, esta vez no estoy triste sino enojada... O más bien con sentimientos encontrados porque lo que vi en cuatro partidos fue completamente diferente a lo que siempre había visto (y eso que para mi, el periodo de La Volpe era "EL" periodo). Por primera vez, fui testigo de una selección que ganó dos partidos, empató uno, iba ganando el cuarto cuando estaba acostumbrada al "ganamos uno, perdemos otro y empatamos el último" (o nuestro futuro estaba en manos de otros equipos), y esta vez, fue el equipo quien decidió definir su permanencia. Si alguien no lo quiere ver así, entonces definitivamente sí compruebo que este país carece de memoria.

Por otro lado, no quiero decir que en todos los partidos, pero quizá la presión - y yo creo que también la obsesión - por alcanzar ese "quinto partido" es la que termina siendo nuestra peor enemiga. Hemos visto que en partidos claves, México se impone con carácter, pero ¿qué tiene esta instancia que nos provoca perder en los últimos momentos ese chip para poder avanzar? No quiero recriminar a esta Selección que con lo que demostró, me calló el boca; ni tampoco es que le voy a mentar la madre a Robben toda mi vida o al árbitro. La combinación que nos mató hoy fue no finiquitar y darle esa bocanada de vida que supieron aprovechar y de paso, confundir a un árbitro, que se une a la larga lista de colegas que han dejado muy mal parado el "pitaje" mundialista, para que marcara algo en nuestra contra. 

Sin querer, hoy pude sentir lo que sienten los amigos cementeros cada Liguilla. Esa impotencia de haber acariciado la "estrella", hoy el "quinto partido", y de último momento, caerse tal cual se estuviera jugando "Jenga". Me pregunto ¿la cruzazuleó el Tri?

Nada, a darle vuelta a la página y ahora a pensar en que mis Chivas no desciendan con todo y las malas decisiones de su dueño. 

Al modo. Después de Brasil 2014, no hay pretextos para ir hacia atrás. Rusia nos espera.

sábado, 29 de marzo de 2014

Como cangrejo, dando pasos atrás.

Una de las frases que son clichés y que la mayoría de nosotros le tememos, en especial, los varones es "Entonces, ¿qué somos?".

Bueno, pues digamos que caí en este cliché, solo que le dí la vuelta a la formulación de la pregunta. Es decir, la refresqué.

"No sé que somos pero te extraño". Lo que menos me imaginé es que me respondieran "Amigos virtuales... Sí, eso, ciberamigos". Leerlo me produjo una sensación de insipidez. Esa misma que produce el no ponerle sal a tu comida.

Mi reacción fue "Gracias por el cumplido". Y menos me imaginé que me respondieran "Es sobre la relación, no a tu persona".

Woooowww... Chispas!!! Confieso que unos minutos después de haber leído esto, comencé a sentir que el corazón se me hacía pasita.

No logro ubicar el momento en que todo dio un giro en nuestra relación que, acepto al principio fue difícil, pero al paso del tiempo, esa presión por no perder el control desapareció y ya nos mostramos como somos.

Ese día que nos vimos, fue tranquilo el plan. No fue de mi total agrado, pero la pasamos bien que es lo importante. Y unas semanas después, soy ciberamiga.

¿Debo entender que estoy un paso atrás sin yo haberlo dado? Es decir, ¿es una decisión unilateral? Lo peor, ¿debo entender que ya no hay ni siquiera ningún canal abierto entre nosotros dos que no sea el de una ciberamistad?

¿Una ciberamistad es capaz de preocuparse y estar atenta a todo lo que pasa cuando se está en una situación en la que no se está al 100%?

Lo pregunto no como reclamo, sino porque tengo la curiosidad de saber si mi concepto de lo que es una relación amistosa persona a persona es realmente erroneo. Me genera desconcierto y a la vez me cuestion sobre hasta dónde uno puede darse a otra persona.

Cierto, somos dos personas distintas. Dos personas que crecimos en mundos muy diferentes. Hoy, somos adultos que hemos ido a terapia, que hemos trabajado en resolver de la mejor forma nuestros cuestionamientos sobre la vida. Hoy se supondría que tomamos mejores decisiones porque hemos alcanzado una madurez no solo cronológica sino emocional. Y me topo con esto.

Hoy me cuestiono sobre llegar a un punto medio para que ni siquiera quien pretende querer acercarse a mi persona, siquiera le pase la idea de traicionar y no valorar lo que de este lado hay.

Mi intención nunca ha sido lastimarte, ni generar en ti peligro. Lo que yo pueda decir sé que no lo compartiras porque así eres. Lo increíble es que tú no te das cuenta de lo que proyectas a lo demás. Y sé que no estoy equivocada porque me bastó tres eventos para saber que no soy la única que tiene esta impresión de tu persona.

¿Es realmente tan grande tu miedo a involucrarte emocionalmente conmigo que por eso me tienes que dar una patada para que yo de un paso atrás en esta relación? ¿Te significo tanto que sabes que te puedes enamorar de mi y no quieres sufrir y por eso mejor escoges el camino del rechazo para que sea yo quien sufra? ¿Por qué te cuesta trabajo tener los suficientes tamaños y lanzarte a esto que te propongo que no es más que intentar?

Ni te estoy pidiendo que dure toda la vida ni que me pongas un anillo en el dedo. Solo pido el privilegio de conocernos un día a la vez. Es lo que tenemos.

Pero como buen cangrejo que eres, damos pasos para atrás. Y yo como buena aries, voy de frente ante la adversidad.

jueves, 27 de febrero de 2014

Uno para todos y todos para uno

Sin duda alguna, el amor es el sentimiento más lindo de todos. Amar, en el sentido más amplio de la palabra, es entrega, confianza y pasión; sentir a pleno, disfrutar, pero amar también es bastante complejo, quizás mucho más de lo que pensamos.

Desde que nacemos, es imposible saber de quién nos vamos a enamorar: si de alguien mayor o mucho menor a nosotros, si de alguien del sexo opuesto o del mismo sexo, o si de alguien tal y como lo habíamos imaginado o nada que ver.
Tampoco, sabemos si el amor es para toda la vida o habrá muchos amores a lo largo de nuestra existencia. Pero, ¿qué pasaría si esos amores se dan todos al mismo tiempo? Si bien, nos pueden gustar muchas personas, pero hay quienes deciden amar no solo a una persona, sino a varias y de una manera transparente. Este fenómeno le llaman el poliamor.
A simple vista, se puede creer que el poliamor se trata de una orgía, de intercambio de parejas, de infidelidades y amantes, incluso, hasta de poligamia. Sin embargo, todas estas ideas están muy lejos de lo qué es realmente el poliamor, el cual está basado justamente en este sentimiento, en la aceptación del amor entre tres o más personas, sin importar su identidad sexual. La única condición es el amor entre ellos y la aceptación de la relación por parte de todos.
Este fenómeno no es precisamente muy nuevo. El amor compartido, un hombre con varias mujeres o una mujer con varios hombres, ha sido una constante desde que existe la especie y prevalece ahora en algunas culturas, aunque por algunos otros factores de orden religioso o social, se ha sobrevaluado el binomio hombre-mujer debido, principalmente, a su importancia para la reproducción.
Pero existen personas que deciden lidiar con el amor de más personas y hay gente que ha encontrado en el poliamor, la forma de llenar todas sus expectativas de lo que busca en una pareja, pero repartiéndola entre varias personas, sean de su mismo sexo o del opuesto, rompiendo con la idea del amor tradicional.
Ahora bien, como decíamos, en el poliamor se da la aceptación del amor entre tres o más personas, la única gran condición, además de quererse, es la aceptación por parte de todos los que participan de la relación. Amar a más de uno se transforma en parte de la vida diaria.
Entonces, ¿cuál sería la diferencia del poliamor con el movimiento swinger? Se podría decir que éste último es una variante aunque no del todo, pues está enfocada a la sexualidad, es decir, se permite sólo sexo con otras personas, pero sin la posibilidad del romance o de coqueteo. En el swinger, las reglas son claras: la diversión se encuentra en el intercambio de parejas y otras actividades recreativas que sólo impliquen sexo, y no el enamoramiento. El poliamor, en cambio, se refiere a la vida conyugal o de amor con varias personas a la vez que consienten compartir la misma persona.
Ahora bien, los poliamorosos se distinguen por establecer vínculos honestos con sus parejas, al definir que el estar con otro no se traduce como engaño o traición porque es parte del acuerdo entre ellos. Aunque no hay reglas escritas, la comunicación y la negociación es fundamental. Cada pareja forjará sus propias reglas y la única manera en que se pueda prolongar en el tiempo con éxito es un diálogo abierto y sincero. Además, en el poliamor, los celos brillan por su ausencia, pues no se ve al otro como un objeto que nos pertenece, es decir, no hay sentimiento posesivo, sino que se es feliz cuando también la otra persona es feliz
El principio del poliamor suena bastante complicado, pero hay gente que ha acomodado sus existencias conviviendo con varias personas a la vez. Es un entorno que sólo podría sobrevivir a base de mucha tolerancia, lealtad y verdadero compromiso.

lunes, 3 de febrero de 2014

Los chingadazos que siempre me doy

Pues otra vez me pasó. Me volvieron a rechazar. ¡Rarísimo en mi! Si ni se me da eso. 

Lo que siempre he criticado y me viene a pasar, esa de mi frase favorita para no crear ningún tipo de compromiso: "Te mereces algo mejor". No entiendo por qué me lo hacen saber cuando ya lo sé

Me quedo pensando en que realmente he sido un fracaso en mis intentos de relación. Siempre me topo con gente que es egoísta y yo que soy todo lo contrario. Siempre generosa, dando y entregada. He ahí el punto. Que no sé ser egoísta en la relación y me encantaría aprender a serlo, pero mi naturaleza no me deja.

¿Por qué cuesta trabajo ser sincero desde un inicio? Si no dejas entreabierta la puerta de que se puede dar algo más, creo que se evitarían muchos conflictos a la larga. No sé cómo explicarlo. Cuando voy a un compromiso que me invitaron y me presentan a alguien, la realidad es que yo no veo a ese alguien como posible prospecto. Es imposible. Apenas es mi primer contacto con esa persona y no puedo decir si lo quiero o no para intentar algo. 

A lo que voy, es que si hay algo que diga "quiero volverlo a ver", lo buscaré, pero aún así, no quiere decir que voy con la firme idea de que voy a querer algo con esa persona. 

Ahora bien, si yo lo puedo hacer, ¿por qué siempre me topo con gente que desde un inicio dejan abierta esta posibilidad y cuando uno se empieza a interesar, te hacen pensar que eres tú la que tenías la idea equivocada? 

No creo ser tan tonta como para no darme cuenta de cuando una persona se interesa en mi o no. Creo que es muy obvio y es algo que se nota a años luz. Sé que cuando alguien no quiere nada conmigo, simplemente no responderá a mis mensajes y como no soy técnico de la Selección como para rogarle a Carlos Vela, al segundo intento de que no tengo respuesta, me doy la media vuelta y me escondo en mi hoyo de topo. 

No quiero decir que no voy a sentir feo. Por supuesto que voy a sentir feo. No conozco al momento, alguien que le guste ser rechazado, pero por lo menos, ya sé que esa persona no está interesada en mi y con eso, no desperdicio energía. Pero ¿qué pasa cuando es todo lo contrario? Hay respuesta a los mensajes, llamadas, visitas?... O sea, hay efecto y el final es "no es lo que pensabas". ¿No es contradictorio este tipo de comportamientos?

¿Por qué dar a entender algo que no lo es? Si alguien tiene la respuesta, le estaré agradecida de que me lo haga saber. Mientras su servidora hará un examen de conciencia para ver de qué manera puede ser un poco más egoísta, porque al parecer eso es como imán. Ya veo por qué este mundo también está envuelto en una descomposición total.